La tecnología al servicio de los corruptos

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En la ingeniería industrial y de sistemas, una parte relevante es sin duda la responsabilidad que se tiene sobre la información, aunque no sea claro para muchos, la tecnología juega un papel importante en el tema de la corrupción sigilosa que se da entre los distintos agentes económicos. Las organizaciones utilizan programas tecnológicos para muchos fines ilícitos que forman parte de las actividades corruptas. Un ejemplo de ello es el espionaje industrial, diversas organizaciones importantes en el mundo han sido presa de ello, incluyendo Samsung y Apple.

Si la corrupción supone una colusión implícita o explícita en la que una autoridad deja pasar el ejercicio de la ley para un beneficio particular, esta definición puede aplicarse a la forma en que operan las grandes empresas que utilizan la tecnología para el espionaje industrial a expensas de la permisividad de las autoridades, que a decir verdad prefieren la Inversión Extranjera del modo que sea, a regular rígidamente el uso de programas y de avances tecnológicos que es bien sabido se utilizan para todo tipo de espionaje. Esta es otra forma de corrupción a la que nadie quiere hacer frente.

Lo anterior tiene implicaciones muy severas para la seguridad y la privacidad de las personas, sin embargo hay enormes vacíos legales y limitaciones tecnológicas de los agentes reguladores para demostrar que las compañías roban datos y que tienen como cómplices a otras autoridades en diversas partes del mundo.

Recientemente de manera no formal Huawei fue acusado por diversos países de Europa porque en apariencia los modelos de sus teléfonos celulares han sido diseñados para espiar a sus usuarios, de acuerdo a González (2019, enero 22) en el foro de Davos los CEO´s de la marca de presentaron para aclarar que esos rumores eran infundados. Pese a ello, ha perdido mercado en distintos países y ha sido prohibida su entrada. Queda la última palabra tanto a los gobiernos como a los usuarios puesto que la tecnología es una herramienta de doble filo que bien podría servir mucho más allá de lo que conocemos del robo de información personal, y estar siendo parte de sistemas de corrupción de ventas de datos ya no de usuarios, sino de gobiernos.

Muchas de estas posibilidades se dice que quizá ya hayan sucedido desde hace tiempo debido a que en las elecciones presidenciales de países como México y Colombia por ejemplo, se usaron programas como bots, para el espionaje de las actividades de los votantes, de los partidos, entre otros, además de generar visitas falsas a blogs de los partidos para demostrar el apoyo popular. Todas estas razones hacen pensar en que las autoridades quedan cortas no sólo a la hora de regular la tecnología, y lo poco que saben lo utilizan a su favor, sobre todo cuando está en juego un puesto político, una presidencia, una ventaja que ofrezca ingresos fáciles.

Al final la tecnología está sirviendo a diversos intereses que son necesariamente los de los ciudadanos y que pareciera que éstos quedan endebles y vulnerables a razón de su falta de capacidad para acceder a la información sobre lo que se hace frente a ellos pero que ignoran. Las grandes empresas están siendo los ganadores porque el espionaje crea tanto redes de corrupción ocultas, como ventajas para obtener poder económico ya que se vuelve un producto rentable de alto costo, y a esto se debe agregar el papel que juegan los profesionales de la inteligencia y del hackeo para realizar sus actividades ilícitas y que de modo sistemático se están haciendo de un lugar en las filas de estos mismos grupos que se han corrompido en el gobierno, la economía, en las finanzas, y de los cuales tenemos pocos datos para tomar decisiones.

Referencias

González, A. (2019, enero 22). Huawei asegura en Davos que no es una amenaza para la seguridad global. El País. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2019/01/22/actualidad/1548166157_778629.html

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